La queja es una expresión de dolor,
resentimiento o resquemor que sentimos cuando algo no sale como esperamos, y que sólo sirve para prolongar en el tiempo, y seguir empeorando,
aquello que no está del todo bien.
En muchas ocasiones no somos realmente
conscientes de la cantidad de energía que malgastamos con el uso de la queja, energía
que bien aprovechada conseguiría jugar a nuestro favor dándonos la oportunidad
de cambiar el signo de las circunstancias. Para ello no existe ninguna pócima
secreta, ni fórmula encriptada que haya estado oculta a través de los tiempos. Es
mucho más sencillo que todo eso. Se trata, ni más ni menos, que de transformar
la queja en resolución, algo que está al alcance de cualquier persona que tenga la más
mínima voluntad de querer mejorar las cosas.
La queja es como una gran tela de araña que
atrapa a quienes son propensos a vivir de las excusas. Sin embargo, quienes
entienden que ante las dificultades sólo existe una opción, la de subirse a
ellas para poder solucionarlas, nunca jamás quedarán atrapados en esa trampa,
porque si hay algo claro es que, cuanto más complicada sea la situación que
tengamos que atravesar, mayor siempre será la razón para salir de ella cuanto
antes, y por eso, enfocar la energía en la busca de las soluciones es la forma
más inteligente y efectiva a la que agarrarnos cuando la Vida nos plantea retos
que hasta entonces ni siquiera conocíamos.
Cada una de las razones que pueden invitarnos
a caer en la queja, son las mismas que, con más fuerza y responsabilidad, nos invitan
a su resolución. En ese momento en el que creemos que quejarnos es la única
opción, y siempre que queramos hacerlo, podremos encontrar un motivo para no
hacerlo. Ese motivo no siempre tiene que ser algo material, puede ser personal,
y es que ¿a quien le gusta vivir rodeado de alguien que siempre se está
quejando? Si a ti no te gusta, piensa como se sentiría alguien que está a tu
lado si tu comportamiento siempre estuviese enfocado al lamento continuo.
Nadie dijo que la Vida fuese fácil, aunque tampoco
nadie dijo que nuestra actitud ante ella tuviese que ser siempre la misma. Por
eso, cuando una situación que no esperabas se presente a ti esperando que
decidas que hacer ante ella, deja a un lado la inútil tentación de quejarte, y elije
siempre el poder de la resolución, porque ella te aportará la energía y la
creatividad que necesitas para conseguir superarla, algo que la queja, ni en el
mejor de sus sueños, jamás podrá ofrecerte.
José Lorenzo Moreno López
©jlml2020
Imagen: alphawallhaven
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