La disciplina es un conjunto de normas cuyo cumplimiento
de manera constante conduce a un determinado resultado, y como tal, una elección
personal que podemos tomar cada vez que tengamos la necesidad de hacerlo. Disciplina
es entender que hay que hacer lo que sabemos que hay que hacer, durante el
tiempo que tengamos que hacerlo.
La disciplina es un valor fundamental, y bastante
ninguneado de un tiempo a esta parte, que nos hace optimizar al máximo todos
nuestros recursos de una manera provechosa, además de optimizar el tiempo a
través de acciones generadoras de valor y sumamente provechosas, no sólo para
nosotros, si no también para quienes nos rodean.
Cuando comprendemos todos los beneficios que la
disciplina pueda aportar a nuestra vida, es cuando realmente se vuelve todo lo efectiva
que puede llegar a ser, porque en esos días en los que la motivación, la ilusión
y el entusiasmo están un poquito ausentes, que los hay, es cuando el infinito
poder de la disciplina nos sacará las castañas del fuego, y nos permitirá
continuar nuestro camino sin que apartemos la vista de nuestros objetivos. Y
eso será de manera automática, ya que al tenerla interiorizada, la aplicaremos
de manera natural.
La disciplina es algo que en algún momento determinado
tendremos que aplicar de manera obligatoria, por lo que, si anteriormente no hemos
decidido que forme parte de nuestra vida, tal vez alguien nos la impondrá por
alguna circunstancia en particular, y entonces la experiencia será mucho más
amarga al no conocerla ni estar acostumbrados a tratar con ella. Por eso es muchísimo
mejor conocerla de primera mano, para después afrontar cualquier realidad
puntual, bajo nuestras propias condiciones.
Haciendo de la
disciplina un elemento más en nuestro día a día, somos nosotros quienes
marcamos nuestras propias reglas de conducta y funcionamiento personal, algo
que nos abre un magnifico abanico de opciones para tomar decisiones, aplicar
acciones, y aprovechar algunas oportunidades, que sin ella, ni tan siquiera
seriamos capaces de ver. Donde enfoquemos nuestros objetivos, la disciplina será
una pretoriana a nuestro servicio, y nos acompañará en todo el trayecto hacia
su consecución.
Si algo hay a tener en cuenta, es que disciplina y
hábito son dos términos totalmente diferentes, ya que disciplina es actuar
desde la creencia de un valor positivo y personal que nos complementa en todo
momento, mientras que hábito es hacer una serie de cosas para conseguir un
resultado, y que en la mayoría de las ocasiones no nos gusta hacer. La disciplina
es algo natural. El hábito, en cambio, es algo forzado.
En cuanto puedas, intenta que la disciplina comience a
formar parte de tu vida, porque de ese modo aprovecharás su infinito poder, y
sean cuales sean tus objetivos, personales y profesionales, estarás mucho más
cerca de conseguir alcanzarlos.
José Lorenzo Moreno López
©jlml2020
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