El entusiasmo es energía, y cuando no le damos la importancia que se merece solemos disimular cambiando el enfoque de los objetivos, o incluso llegamos a intentar modificarlos, algo totalmente ineficaz, ya que, al final, cada objetivo persigue un resultado, y por tanto, lo que hay que conseguir es lo que hay que conseguir. Es por ello que intentar engañar al entusiasmo es una misión altamente complicada, y cuando intentamos hacerlo, quienes terminamos engañados somos nosotros mismos.
La única opción para que el entusiasmo sea realmente efectivo es cambiando el objetivo que nos “mal ocupa” por otro que realmente nos apasione y tenga sentido para nosotros, algo que requiere de grandes dosis de coraje y determinación, y para lo que todos estamos preparados cuando aumentamos nuestra dosis de tolerancia al cambio.
¿Sabéis que existe una forma muy sencilla de descubrir cuando estamos adoptando una actitud de falso entusiasmo? Pues si. Es tan sencillo como darnos cuenta de si nuestras quejas y excusas son mayores que nuestras soluciones. Si algo no es importante para nosotros el entusiasmo, por mucho que lo disfracemos, nunca será auténtico, y eso las excusas lo utilizaran a su favor para ponerse al mando.
Si eso ocurre tenemos un problema. Esa es la señal inequívoca de que algo tenemos que cambiar. La Vida es muy valiosa como para malgastarla haciendo algo que no nos gusta. De nada sirve culpar a nadie por ello, ni a la empresa, ni a la situación, ni a nada. Somos dueños y responsables de nuestra actitud y de nuestras decisiones, y atrevernos a cambiar, para ser más felices y por tanto, más efectivos y productivos, depende única y exclusivamente de nosotros.
El entusiasmo es desbordante, una fuente de energía positiva que nos conecta con nuestros objetivos más importantes, y que continuamente nos hace estar dedicados a ellos, tanto en pensamientos como en acciones.
Nada de lo que hacemos suele estar exento de un gran nivel de compromiso y muchas dosis de esfuerzo y perseverancia. Por ello, y para que todo eso, además de nuestro valioso tiempo, sea lo más efectivo posible, tiene que ser invertido en objetivos que realmente sean tengan sentido para nosotros, y nos demande continuamente ese punto extra de convencimiento e implicación que hagan que pongamos en juego todas nuestras actitudes y aptitudes para conseguir alcanzarlos.
Descubrir lo que nos entusiasma, lo que nos motiva, y lo que nos apasiona, es dar sentido a nuestro trabajo, a nuestra Vida. Es encontrar un camino que recorrer, una razón para perseverar. Es darnos motivos para continuar siempre adelante, creciendo y aprendiendo, dando valor a los continuos desafíos que nos encontramos y prepararnos para transformarlos en magnificas oportunidades.
Si somos capaces de hacerlo, habremos descubierto el camino que nos llevará a la plenitud. Un camino que no recorreremos solos, ya que el verdadero entusiasmo nos guiará, se convertirá en nuestro mejor compañero de viaje, y nos enseñará todas los logros extraordinarios que junto a él, y junto a quienes nos rodean, seremos capaces de alcanzar.
José Lorenzo Moreno López
©jlml2020
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