Hasta hoy hemos escuchado, y nos han enseñado, que existen diferentes tipos de liderazgo, tales como el democrático, el paternalista, el dictador, el administrador, el carismático, el emprendedor, el audaz, y muchos mas según quien nos hable sobre ello.
Pues bien, yo hoy, y en mi chaladura creativa, os voy a hablar de otro tipo de Líder. Ese que vive infiltrado entre nosotros y que pertenece a una tribu muy peculiar, que intenta no sobresalir por arriba, y que casi siempre termina haciéndolo por abajo debido a su nula amplitud de miras y al cortoplacismo en el que se desenvuelve en el día a día. Se trata del Líder "Quedabien".
Una tribu que tiene esparcidos a sus integrantes por mas lugares de los que nos pueda parecer en un principio, y que estoy convencido de que si miramos a nuestro alrededor, todos conocemos a alguno de ellos.
Su mayor cualidad es la de la "impermeabilidad". ¡¡No se mojan ni debajo del agua!!
El "Quedabien" es una persona que evita todo tipo de conflictos. En su vocabulario, el término "si", y las frases, "¡¡claro que si!! y ¡¡por supuesto que si!! son las que marcan su quehacer diario.
A sus superiores nunca les rebatirá, aunque tenga argumentos para hacerlo y fuese cuestión de vida o muerte para la empresa. Estas personas piensan que callando todo les irá mucho mejor, aun cuando lo que tengan que hacer no sea de su competencia. Su finalidad es acabar la jornada pasando lo mas desapercibido posible.
Esto les ocurre hasta que la persona que está por encima de ellos les solicita que aporten valor añadido, cosa que no suelen hacer porque no están acostumbrados a ello, ya que a lo máximo que aspiran es a cumplir las ordenes que les den con la mejor voluntad posible. Su aportación al desarrollo y crecimiento de la compañía es cero, y no por no tener ideas que aportar, sino por no tener el valor de hacerlo.
Estás personas suelen ser reclutadas y sacadas de su tribu por otros líderes cuya finalidad es tener a personas temerosas y sumisas por debajo de ellas, ya que saben que podrán sacarle toda la "pringue" que quieran sin ningún temor a ser rebatidos ni ellos, ni sus decisiones, por nefastas que puedan llegar a ser.
Por eso es importante cuando nos encontremos con un "Quedabien" por el camino, observar por quien está dirigido, porque nos hablará a las claras del perfil que tendrá la persona que esté al mando, y que no será nadie más que alguien que busca su beneficio personal aunque para ello tenga que dar rienda a las mas absoluta mediocridad.
Ante su equipo, los "Quedabien" tampoco quieren problemas, y tienen la falsa creencia de que dando todo lo que le pidan sus colaboradores, por mayor chaladura que pueda ser, su universo estará mucho mas tranquilo y el vivirá mejor. El "Quedabien" no ve mas allá de su inmediata decisión, y no entiende que por agradar a una persona puede que esté desagradando a otras muchas, e incluso llegando a desestabilizar el propio funcionamento de la organización, ya que creando agravios comparativos, lo único que consigue es enturbiar el ambiente. Algo de lo que un "Quedabien" no es consciente.
Las personas que componen los equipos de los "Quedabien" les tienen absolutamente controlados y, egoistamente aprovechan esa tesitura al máximo. Saben que van a tener un "si" por respuesta a todas sus peticiones, y salvo aquellas personas con un nivel de profesionalidad adecuado, que afortunadamente son la mayoria, y "exprimen" la naranja al máximo, a sabiendas de que lo que están haciendo no es lo que deberían hacer, ya que se aprovechan de la buena voluntad que el "Quedabien" les ofrece.
El "Quedabien" dentro de su aparente y falsa tranquilidad vive continuamente en la decepción, ya que no entiende que si el ofrece tantas cosas, porque no suele tener la misma recompensa. Cree que todas las personas deben ser como el, y se frustra cuando el solicita algo a su superior y no se lo concede, o cuando pide alguna cosa a alguien de su equipo que le da un "no" por respuesta. ¡¡Hay que ver como es la gente, con todo lo que yo les doy!! Esta frase, acompañada de un suspiro de decepción, es la que suele decirse a si mismo cuando se enfrenta, o mejor dicho, se encuentra, ya que un "Quedabien" no se enfrentaría nunca a nada ni a nadie, ante alguna de esas situaciones.
Tener a un "Quedabien" al frente de un equipo es extremadamente peligroso, porque nunca será él quien lo dirija, sino que estará a merced de lo que las personas que lo componen decidan hacer.
Hay dos momentos en los que se suele poner a un "Quedabien" al mando. Uno es cuando hay conflictos en un equipo, y puede pensarse que estas personas colaborarán a que el ambiente mejore, ya que se cree que los "Quedabien" son buenos mediadores, cosa rotundamente falsa, ya que ponerse a merced de un grupo conflictivo para que quienes lo componen estén contentos, nunca es buena opción.
El otro caso es cuando un equipo funciona bien y de manera autónoma porque el líder que han tenido al frente se ha ocupado, a través de la formación y de la buena delegación, de que así sea. En este caso se suele poner a un "Quedabien" porque en principio, no tocará lo que funciona correctamente, y por lo tanto, supuestamente, no hará mucho daño. Y no es así, aunque al principio pueda parecer lo contrario, porque no hay que olvidar que las cosas tienen una inercia, y que no lo va a estropear de la noche a la mañana, pero en el medio plazo, un equipo que ha vivido lo que es tener a un líder competente al mando, no entenderá como un "Quedabien" pueda estar dirigiéndoles ahora, y bajarán los brazos, ya que llegarán a la conclusión de que son liderados por una persona con menos nivel que ellas mismas.
El verdadero conflicto llega cuando el "Quedabien" sale de un grupo y llega otro líder que intenta hacer lo que hay que hacer. Los miembros de esos equipos no entenderán nada. Piensan que el nuevo que llega viene a fastidiarles porque simplemente les ha dicho que "hay que cumplir el horario" o cosas similares, vamos, lo que viene a ser, hacer lo que es normal.
En las organizaciones de hoy en día, los "Quedabien" no tienen cabida, porque debemos de saber que no solo ellos tienen la denominación de origen de "buenas personas", ya que no hay mejor persona que, la que dejando atrás lo que es más fácil, hace lo que hay que hacer en cada momento por complicada que sea la situación.
Hoy en día, y parafraseando al genial Eduardo Martí, las empresas no necesitan "buenas personas" de las que todo el mundo se pueda aprovechar, sino que necesitan "personas buenas" que sepan lo que hay que hacer, cuando hay que hacerlo, y que por supuesto lo lleven a cabo.
La mejor manera de quedar bien es aportar valor añadido a nuestros equipos para que sean lo más competentes posibles, y a nuestras organizaciones, para que sean un referente dentro del sector en el que ofrecen sus servicios. Y es que estamos en un momento donde la competencia es cada día mayor, y la verdadera diferencia la marcarán el talento, la actitud y el buen hacer de las personas que componen y hacen posible el desarrollo de las mismas.
José Lorenzo Moreno López
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