Un Líder tiene razón de ser cuando sabe que su función principal es la de aportar valor añadido.
Todo se resume en esta frase. Ya podemos darle las vueltas que queramos a todo lo demás, pero si no es así, podremos decir que somos cualquier cosa, pero no Lideres.
Y es que en muchas ocasiones se tiene el concepto de que quien está al frente de un grupo de personas es un Líder por definición cuando no es así.
Para aportar valor añadido debemos ser en primer lugar conscientes del puesto que ocupamos. ¿Obvio verdad? Pues no siempre es así. Pensamos que aportar valor añadido es ser mejor que nuestros colaboradores haciendo su trabajo. ¡¡Ojo!! esto no significa que no sepamos hacerlo, que no conozcamos lo que hay que hacer, o que no lo hagamos en determinadas circunstancias, pero no por consiguiente, como decía aquel, tener que estar demostrándolo continuamente para reforzar nuestra "supuesta" posición, porque en ese caso corremos el riesgo de que nuestra Organización vea que no tiene Lideres, sino que tiene gente haciendo unas funciones que no son las suyas, y en la mayoría de los casos mucho mejor pagados que quienes tienen que hacerlo.
Un Líder real aporta valor añadido cuando tiene la respuesta adecuada en el momento adecuado. Cuando toma decisiones, acertadas o no, el tiempo lo dirá, pero cuando las toma. Un Líder real es el que le pregunta a sus colaboradores, "¿puedo ayudarte en algo?", "¿que necesitas?", "aquí estoy para lo que te haga falta", en definitiva, cuando forma parte de la solución, y no parte del problema. Y son eso, soluciones y apoyo, lo que necesitan las personas en la mayoría de las ocasiones, porque ellos ya saben de sobra el trabajo que tienen que hacer. No podemos no estar, cuando tenemos que estar. No se puede delegar "estar" en nadie. Esa función es nuestra.
¿Cuantas personas han fracasado porque se han puesto a realizar el trabajo de otros cuando el suyo siempre ha estado a medias? Las funciones de un Líder son suyas, nadie puede hacerlas por el, van en el puesto, nos contratan y contratamos para eso, para ponerlas en marcha, para aportar ese valor añadido que nos diferencie del resto.
Si tienes un problema, "tenemos" un problema. No es "¿que vas a hacer?", es "¿que vamos a hacer?". Así se marca una diferencia y se aporta un valor que hará que nuestra figura quede reforzada ante nuestros colaboradores, porque verán que somos los primeros en ponernos al frente de la situación cuando es necesario.
Alguien decía, muy acertadamente, que un Líder es el que sabe rodearse de los mejores colaboradores, y después tiene la fuerza de voluntad necesaria para no entrometerse mientras hacen su trabajo. Yo estoy muy de acuerdo. Es difícil, claro que lo es, pero para eso tenemos que tener mucha confianza en nosotros mismos, cuando en ocasiones no es así, y lo que hacemos es no tener confianza en nadie.
Las personas están preparadas para hacerlo, y si no, ahí estamos nosotros para ayudarles, para formarlas, y para darles las pautas adecuadas para que lo hagan, y después para estar disponibles cuando soliciten nuestra ayuda, no para hacer su trabajo.
Deberíamos hacer un ejercicio habitualmente, yo empezaré mañana, y es preguntarnos a nosotros mismos, ¿que valor añadido estoy aportando a mis colaboradores, a mi equipo y a mi Organización? Y dejémonos de pensar que "eso deberían decirlo ellos". Nada de eso, somos conscientes en cada momento de lo que hacemos o dejamos de hacer, no nos engañemos, otra cosa es que no queramos verlo o reconocerlo, pero saberlo lo sabemos de sobra.
Si somos capaces de contestarnos sinceramente, estaremos en el camino correcto para ejercer como buenos Lideres, aportando valor añadido cuando es necesario y desechando viejos prejuicios y creencias que lo único que hacen es limitarnos a nosotros mismos pudiendo llegar a la situación de pensar que si no aportamos ese valor, realmente, ¿que estamos haciendo? Porque para todo lo demás, seguramente, siempre habrá alguien.
José Lorenzo Moreno López
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