Y es que la vida nos pone por delante, uno tras otro, infinidad de momentos donde tenemos que poner en juego todas las capacidades y los valores que las personas llevamos dentro.
De hecho, eso mismo es lo que hace que la vida cobre sentido, y es en la posibilidad de que seamos nosotros los que hagamos de instantes normales, ocasiones extraordinarias.
En el recorrido que separa un momento normal, de una ocasión maravillosa, es en el que ponemos todo lo mejor de nosotros mismos, esa capacidad de resistencia, de aprendizaje, de colaboración, de perseverancia, de empatia, de esfuerzo, etc etc, y muchas otras aptitudes y actitudes que encuentran el camino necesario para seguir desarrollándose día tras día.
Si todo estuviese hecho, esto sería muy aburrido. Lo divertido está en la aventura diaria de hacer que las cosas pasen, y en imaginar que podremos conseguir y hasta donde seremos capaces de llegar si ponemos lo mejor de nosotros mismos en esos instantes normales.
Cuando creamos que estamos delante de un momento normal, reflexionemos primero sobre si eso es verdad y ¡¡alegrémonos!! Porque tenemos una estupenda oportunidad y una gran responsabilidad, la de dar sentido a nuestra vida mientras la llenamos de instantes maravillosos, si tenemos la convicción y la seguridad de que no existen esos momentos normales, sino que son grandes oportunidades que harán de nuestra vida una experiencia extraordinaria.
José Lorenzo Moreno López
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