Estrés es un término que proviene del inglés "Stress" y que viene a ser "Tensión", en la cual, el organismo reacciona de una manera determinada para afrontar una ocasión que se antoja amenazante o de una demanda incrementada para un situación en particular.
Por lo tanto, el termino "generar estrés" o como se le denomina en el mundo terrenal, "meter presión", es un noble arte dominado por muy pocos escogidos, aunque muchos creen ser los elegidos.
Para llevarlo a cabo con excelsa maestría se necesita dominar un aspecto vital dentro del liderazgo: Conocer a nuestros colaboradores.
Debemos saber como dirigirnos a cada uno de ellos. No todos requieren el mismo guión. Podemos tener personas muy capaces dentro de nuestros equipos que lo único que no necesitan en tensión, ya que sus capacidades y actitudes hacen que debamos dirigirles de un modo muy determinado y es no haciéndoles perder su propia motivación.
Generarles un estrés innecesario es ponernos a nosotros mismos a los píes de los caballos. Eso no significa que no debamos hacerles ver su error si alguna vez lo cometen, pero si gestionarlo de manera constructiva para que les sirva como apoyo a sus capacidades y no como reproche a su actuación.
Hay una frase que marca el camino, "Si no sabes generar motivación, no destruyas la que hay". Ahora bien, si un líder debe hacerse suya ésta frase, mejor es que elija otro camino, el del liderazgo no es el suyo.
Pero claro, ¿como saber "generar estrés" si no sabemos gestionar el nuestro propio?. En éste caso preciso es donde están englobados los "pistoleros del estrés". Allá por donde van disparan sin más. Y lo más grave de todo es que ni ellos mismos son conscientes de ello. Están tan tensionados por el día a día, normalmente debido a su falta de priorización y a malgastar su tiempo dedicándolo a asuntos menores, que no son capaces de discernir ni donde ni a quien le están generando estrés.
En estos casos también suele pasar que estos "pistoleros" no creen en sus colaboradores y se ponen a si mismos como unidad de medida de la gestión. Si para ellos algo es difícil, tiene que ser difícil para todos. No se paran a pensar en que tal vez tengan gente lo suficientemente preparada para abordar mayores retos y desempeños. En estos casos es cuando la motivación de los colaboradores capacitados es "acribillada" por los "pistoleros del estrés".
Ahora bien. Estos "pistoleros" saben muy bien cuando tienen colaboradores de menores aptitudes que el resto. ¿Qué ocurre en estos casos?. Pues que, metafóricamente hablando, les disparan con "balas de estrés de fogueo", con lo cual, y volviendo a un comentario que suelo hacer a menudo, lo único que consiguen es igualar por abajo el nivel. Así, en lugar de trabajar por su crecimiento enseñándoles, apoyándoles y formándoles, lo que hacen es frenar a los más capacitados para que la diferencia no se note tanto.
Si "estrés" es "tensión", "generar estrés" no debería ser muy recomendable, ya que cuando tensamos algo corremos el riesgo de que se rompa y salte por los aires. Hay que estar muy preparado para ello y ser un maestro en estas lides, y todo el mundo no lo es.
¿Qué tal si en lugar de "generar estrés" generamos la motivación y el compromiso necesario para que las personas se pongan en marcha por convencimiento en lo que están haciendo?.
¿Qué tal si en lugar de "generar estrés" priorizamos nuestras tareas para poder dedicar nuestro tiempo a analizar cada situación de manera individual en lugar de reaccionar ante determinadas situaciones y convertirnos de ese modo inconscientemente en juez y parte al mismo tiempo?
¿Qué tal si en lugar de "generar estrés" pensamos si conocemos de verdad a las personas de nuestros equipos y así podemos tratarlas de manera individual sin generalizar en sus actitudes y aptitudes?
¿Qué tal si en lugar de "generar estrés" meditamos si somos realmente los lideres que la situación actual requiere, y no los "pistoleros" de otros tiempos?
Si alguna vez nos encontramos con alguno de estos "pistoleros del estrés" no debemos responderles con sus mismas armas. Lo más recomendable en estos casos es ponernos en sus zapatos y pensar que algunos de estos "Qué tales" no han sido capaces de gestionar, con lo que nosotros mismos debemos intentar hacérselo ver, ya que no estamos hablando sobre la importancia de mantener un nivel de exigencia elevado para llegar a la excelencia, sino el estrés que busca la exigencia por la exigencia, y ese no suele ser muy sano.
José Lorenzo Moreno López
Imagen: que-leer.com
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