¡¡Como me gusta la lluvia!! (siempre que no cause ningún tipo de catástrofe ni desgracia, claro está), porque fomenta de manera extraordinaria la creatividad que tenemos todas las personas. Incluso aquellos que dicen que no son nada creativos, también pueden llegar a serlo cuando corren el riesgo de terminar empapados.
Esta mañana he visto a una señora que se cubría con una bolsa de la compra, a un estudiante que se colocaba una carpeta encima de la cabeza, a otro señor haciendo un ángulo de 90º con sus piernas debajo de una cornisa para no mojarse, a otro hombre andando hacia atrás haciendo el "moonwalker" de Michael Jackson porque se le doblaba el paraguas, a un niño saltando encima de un charco para ver lo alto que llegaba el agua, a un perro "fintar" a los coches porque le salpicaba las gotas que levantaban...
¡¡Como me gusta la lluvia!! (en su justa medida, por supuesto). Fijaros que hasta un tomo de excusas lleva su nombre: "Nunca llueve a gusto de todos". En fin...
La lluvia despierta en nosotros la creatividad, el "¿que hago para no mojarme?", curiosamente lo mismo que deberíamos hacer cuando las cosas no nos marchan demasiado bien, es decir, despertar nuestra creatividad, poner en marcha lo mejor de nosotros mismos, y de una manera u otra conseguir la manera de "no mojarnos" mientras deja de "llover".
Y es que no debemos de olvidar que en cualquier ámbito de nuestra vida, y como dicen en mi tierra manchega, "siempre que llueve, escampa".
Mientras tanto pongamos la mejor de nuestras actitudes en juego, saquemos nuestros paraguas de colores, saltemos encima de los charcos, bailemos bajo la lluvia y esperemos a que deje de llover, porque detrás del agua, podremos ver un arco iris extraordinario que transformado en nuevas oportunidades estará a nuestra disposición para que disfrutemos de lo mejor que siempre estará por llegar.
José Lorenzo Moreno López
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