El administrador se limita a gestionar recursos tangibles, es decir a asignar tareas a sus empleados (no suele llamar colaboradores porque sería darles demasiada importancia) por las cuales les paga, y a los que no suele dar las gracias nunca, ya que piensa que con pagarles cumple con su obligación.
El Líder genera otros muchos intangibles en sus colaboradores que le reporta un beneficio mucho más solido y perdurable.
A una persona puedes indicarle la tarea que tiene que hacer, o a la hora que debe presentarse, pero el Entusiasmo no lo puedes pedir, el Compromiso no lo puedes exigir. Esto lo tenemos que generar, y esta es la mayor diferencia entre un Líder y un Administrador.
Un claro ejemplo de ello es esto: Contratamos a un nuevo colaborador (yo les llamaré siempre así), y observamos como empieza muy dispuesto a todo, dando el 110% e implicado en grado máximo, cosa normal por otra parte porque le acaban de dar una oportunidad. Pero, ¿que ocurre después? Esta persona que había empezado tan bien parece que ahora no es tan buena, no sabemos que le ocurre, pensamos que se está dejando, e incluso tenemos la sospecha de que nos ha engañando aparentando una falsa implicación. Incluso llegamos a frivolizar pensando... ¡¡vaya un jeta!! Pero, ¿alguna vez hemos pensado que es lo que tenemos que ver nosotros en ello? Normalmente no. Mejor dicho, nunca. De hecho, el Administrador bastante tiene con estar repartiendo tareas y exigiendo resultados, en ocasiones sin saber si a quien está exigiendo ese mismo resultado está preparado para ello. Si lo está o no lo está, seguro que por el no ha sido.
Pues bien, en estos casos, es cuando somos nosotros mismos los que vamos descargando "las reservas" de Entusiasmo y Motivación de las personas, y en su lugar solamente reponemos la desgana y la indolencia. En estos momentos es cuando hay que reflexionar sobre si las personas que sufren estas "transformaciones negativas" están siendo administradas o lideradas.
El caso contrario también existe. Un grupo de personas que hacen su trabajo justo, sin un plus extra de nada, y que al sustituir a la persona que las dirige cambian totalmente. Aquí cambiamos el discurso y decimos que, "vaya tela, quien te ha visto y quien te ve", cuando lo correcto seria decir, "quien te estaba administrando y quien te está liderando".
Aquí hay que excluir los casos puntuales que existen, y que van unidos al temperamento de cada individuo, que se comporta de la misma manera, le dirija quien le dirija.
"El Líder es alguien que consigue que los demás hagan lo que tienen que hacer porque quieren hacerlo". Esta cita de la que desconozco su autor es una definición muy acertada. Pero eso no se consigue por si solo. Hay que invertir en las personas. En su formación, en su implicación, haciéndoles saber que es lo que pueden aportar al beneficio común del Equipo y de la Organización, gracias, ¡¡si, si!! gracias, a su trabajo.
Y además tenemos que invertir en nosotros, añadiendo nuevas competencias que nos hagan ser vistos como personas sensatas, coherentes con lo que transmitimos y después hacemos. Comprometidos con unos valores sólidos, responsables y justos en la toma de decisiones, afecten a quien afecte. Tenemos que "actualizarnos" continuamente.
Debemos de ser conscientes de que el Entusiasmo, la Motivación, el Compromiso y la Implicación, no figuran en los párrafos de un contrato, por lo que debemos considerarlos como "extras". Unos "extras" que a buen seguro seremos capaces de conseguir siendo capaces de Liderar en lugar de administrar.
El tiempo puede administrarse. Las tareas pueden asignarse (el administrador asigna, el líder delega), pero el Compromiso debe generarse, y el Talento debe desarrollarse. Lo que además llega a resultar "chistoso" es que los Administradores digan que "no tienen tiempo" para tanto intangible, cuando a lo único que se dedican es a administrar "todo lo que se mueve". Pero claro, para estos Jefes, los intangibles no son importantes porque lo único que les interesa son las situaciones puntuales. Para ellos, lo intangible que puede aportar la Motivación y el Entusiasmo no es más que una "chaladura", y un montón de palabrería y acciones baratas que no van a ningún lado, cuando los que a la larga no irán a ningún lado son ellos mismos.
Si en algún momento vemos que nuestros colaboradores están desganados o instalados en la más absoluta de las desidias, no miremos hacía otro lado, y preguntémonos a nosotros mismos que es lo que tenemos que ver en ello. Es posible que estemos administrando el corto plazo, en lugar de liderar un futuro lleno de consecuciones valiosas y perdurables.
José Lorenzo Moreno López
El rincón de los sueños. Atesoras un rincón lleno de esperanzas en los pensamientos que trepan para ahogar el pensamiento ajeno, mientras tú los zambulles a gozar de la excelencia. Un saludo.
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