“Pueden quitar todo a un hombre, menos algo: la última de las libertades, la de
escoger su actitud en cualquier clase de circunstancia dada y elegir su propio
camino.”
(Viktor Frankl)
Viktor Frankl fue un Neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la Logoterapia.
Sobrevivió desde 1942 hasta 1946 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. A partir de esa experiencia, escribió el libro "El hombre en busca de sentido".
Sobrevivió desde 1942 hasta 1946 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. A partir de esa experiencia, escribió el libro "El hombre en busca de sentido".
Después de ver a muchos de sus amigos y compañeros morir en ese terrible Holocausto, el se dio cuenta de que no podía cambiar la realidad que estaba viviendo, pero que si podía elegir como hacerlo. En lugar de dejarse morir como muchos de los que allí se encontraban, él se puso el objetivo de que tenía que vivir para poder contar fuera lo que allí dentro estaba pasando. Lo único que no le podían arrebatar era la actitud de como afrontar esos momentos.
Elegir nuestra actitud no es una cosa que pueda hacer nadie por nosotros. Las situaciones y los momentos no dependen de como realmente son, sino de como nosotros reaccionamos ante dichas situaciones. Todo se reduce a dos posibilidades. La primera es reaccionar instintivamente ante una circunstancia, con el peligro que eso conlleva, por la posibilidad de una reacción negativa, instintiva y no meditada, y la segunda es parar y elegir la actitud positiva correcta de como afrontar dicha situación. Por eso, si tenemos un plan claro y conciso, tendremos más posibilidades de escoger la actitud adecuada para dirigir la situación hacía lo que más nos convenga en cuanto a la consecución de los objetivos que nos hayamos planteado.
La tremenda historia real de Viktor Frankl y de la cual tuve conciencia de ella hace apenas unas semanas gracias a Julio Legido, un excepcional formador y fabuloso comunicador, en una Formación de empresa impartida por él, nos demuestra lo importante que es tener un objetivo, un motivo por el que esforzarnos día a día, y que esos mismos propósitos son los que le dan sentido a nuestra vida y a nuestro trabajo, porque ellos son los que nos hacen entusiasmarnos, y por lo tanto, entusiasmar a nuestros equipos. Y esa es una de las prioridades de los lideres de hoy en día.
nunca me interesó el qué diran mientras hablen bien de mi.
ResponderEliminar