¿Sabes una cosa? Si no existieran los desafíos, tampoco existirían las recompensas. Por eso, si queremos alcanzarlas debemos estar preparados para afrontarlos, y cuando digo preparados, me refiero a estar dispuestos a poner en juego una gran cantidad de cosas, en forma de actitudes y valores, que dependen exclusivamente de nosotros. Luego después estará el esfuerzo, que también será importante. ¿Qué incómodos son los desafíos, verdad? Todo debería ser mucho más sencillo. Ahora bien, ¿lo sencillo que aporta? Aparte de algo de falsa tranquilidad, y mucha mediocridad, poco más. Los retos son los que realmente nos hacen crecer, los que nos invitan a poner en juego siempre lo mejor que tenemos dentro, y que sin creatividad, pasión y esfuerzo no podrían ser superados de ninguna otra forma. Un desafío es una excelente oportunidad. Cuando llega un desafió nos incomoda bastante, porque casi nunca avisa, ya que suelen ir “por libre”, y de ahí su complejidad. Además, los retos son bas...