Hay una herramienta que todos tenemos a nuestro alcance y que nos permitirá mejorar cualquier situación. Son dos palabras con un nombre muy normal, aunque su impacto es tremendamente poderoso cuando van unidas. Se trata, ni más, ni menos, que de la escucha activa. Si no estas de acuerdo con otra persona, lo más inteligente que puedes hacer es escucharle. No me refiero a mirarle mientras estás absorto en tus propios pensamientos, si no escucharle de verdad. Parece simple y no lo es, porque hace falta tener mucha voluntad para hacerlo, sobre todo cuando en esas ocasiones lo que el cuerpo nos pide es bombardear con argumentos. Sin embargo, en lugar de hablar, escucha. Eso te permitirá comprender primero, algo realmente fundamental para, a continuación, poder exponer cualquier otro tipo de razonamiento. Los mejores argumentos no son los que tenemos preparados de antemano, sino aquellos que reforzamos, o descubrimos, cuando hemos sido capaces de escuchar y comprender todo lo que ...