Aunque al principio pueda parecerlo, te diré algo para
tu tranquilidad: Ninguna situación por complicada que sea, ningún momento de
agitación, ningún instante de desasosiego, ningún traspiés, ningún sentimiento
de frustración, ni ninguna emoción negativa tienen el poder de robarte tu bien
más preciado. Me refiero a tu originalidad, y al valor que tienes, y que puedes
aportar al mundo, como persona única e irrepetible que eres. Dicho esto,
seguimos…
En mayor o menor medida, todos aspiramos a ser mejores día
a día, y para ello la confianza en nuestras posibilidades es la mejor
herramienta que tenemos a nuestro alcance para conseguirlo. Me refiero a la
confianza bien interpretada, a esa que nos permite superar cada desafío, y no a
la confianza de postureo de quienes nos dicen esas frases tan manoseadas de “puedes
ser lo que quieras ser”, “conseguirás todo lo que te propongas”, ya que esto lo
único que consigue es disparar nuestro nivel de frustración y deshacer la
confianza real, porque para crecer de verdad tenemos que conocer nuestro talento
y nuestras verdaderas posibilidades para, de ese modo, enfocar la energía en la
dirección adecuada, además de admitir y aceptar que ni podremos ser todo lo que
queramos, ni conseguiremos todo lo que nos propongamos, por mucho que populistas
expertos en el arte de vender humo subidos en una tarima con una nariz roja nos
lo pregonen de manera entusiasta.
Os pondré un ejemplo: A mi me gustaría jugar de pívot en
los Miami Heat, y aunque quiera y me lo proponga, ni tengo la altura suficiente,
ni aunque mejore mi juego de espaldas a canasta lo conseguiré. Si alguien
quiere venderme que algún día jugaré en el equipo del estado de Florida, puedo
aseguraros que tendrá que escucharme. Y si encima pretende hacerme bailar
mientras me lo quiere vender, ni os cuento.
La confianza real pasa por conocernos muy bien, saber de
lo que somos capaces, y poner nuestras capacidades al frente de cualquier
circunstancia por difícil que pueda ser. Esa confianza nos permitirá dejar a un
lado las preocupaciones, que sin duda son las que nos bloquean en los momentos
menos oportunos, y que se multiplican cuando les hacemos un hueco en nuestra
vida, a la vez que dará paso a que nos ocupemos realmente por revertir la
situación a través de acciones plenas de sentido y valor.
Como decía aquel, nuestro valor como personas no cambia
por una situación puntual, ni por ningún acontecimiento inesperado que nos
toque vivir, y por eso mismo, tener confianza en nuestras posibilidades, hará
que nos alejemos de la trampa que supone caer en corrientes profundas de
pensamiento negativo, que lo único que conseguirían es hacernos entrar en un
bucle de desánimo y desesperanza en la que las excusas se pondrían al frente de
cualquier estrategia sin permitirnos encontrar la salida.
Aunque la vida tiene momentos desconcertantes, y
situaciones no demasiado amables que ponen continuamente a prueba nuestra
actitud, eso mismo es lo que hace de ella la experiencia más extraordinaria que
vamos a tener la oportunidad de disfrutar, y la razón por la cual la confianza,
la buena confianza, en nuestras posibilidades tiene que estar siempre presente.
Un momento de dificultad no puede ser utilizado como el fácil argumento
para que bajemos los brazos, ni para que terminemos bloqueados por el miedo y
la frustración. Por eso, cuando sintamos la tentación de rendirnos, pensemos en
todas las cosas que podemos aportar a la solución del mismo desde la más
absoluta confianza, esa que nos permite avanzar desde la creencia de que,
tenemos tanto valor dentro de nosotros que, por más complicados que sean
algunos días, lo mejor siempre está por llegar.
José Lorenzo Moreno López
©jlml2020
Imagen: alphawallhaven
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