Antes de nada, y para dar sentido a éste articulo, diré una cosa muy
importante: La Excelencia no consiste en que absolutamente todo salga o sea
perfecto, ni que cada instante vaya a ser maravilloso, algo que solo pensarlo,
sería una insensatez absoluta. La Excelencia reside en el trayecto, en el
camino. La Excelencia, más allá de los resultados, es una forma de Vida. Es ser
conscientes de que en nuestras manos está la capacidad de transformar un
instante normal en un momento absolutamente extraordinario
Una vez dicho esto, sigo: La
Excelencia es ese estado que la mayoría de las personas queremos alcanzar,
incluso cuando ni siquiera sabemos muy bien que es, ni donde ni como lo
podremos conseguir.
Entonces, ¿que es la Excelencia? La
Excelencia no es mas que hacer lo mejor posible todo lo que hay que hacer, lo
que está bien, y lo que sabemos que es correcto, sin miedo a las posibles
decepciones, ni frustraciones, porque de antemano sabemos, que los reveses
forman parte de la propia Vida, y que lo que únicamente depende de nosotros, es
como reaccionamos ante ellos.
La Excelencia es el reflejo exterior
de nuestros propios valores, esos que son importantes y valiosos para nosotros,
y que serán los que definen nuestra verdadera esencia personal.
Si elegimos vivir en la Excelencia
podremos conseguir hacerlo, mas allá de nuestras aptitudes, porque la
Excelencia es la consecuencia de hacer lo mejor que seamos capaces de hacer con
las herramientas que tengamos a nuestra disposición en cada ocasión.
La Excelencia es, como tantas cosas
en la Vida, el resultado de poner en juego la mejor de nuestra Actitud y la mas
absoluta pasión, lo que nos hará generar un verdadero compromiso, con todas
aquellas cosas que tengamos que hacer, y con todos los desafíos que debamos afrontar.
Hay quienes reniegan de la
Excelencia, simplemente porque no desean sentirse frustrados en el caso de no
alcanzarla. Lo que no saben es que una Vida de altas expectativas, aunque en
ocasiones no las consigamos, siempre será mas plena que vivir en una cómoda
zona mediocre, en la que la frustración parezca no aparecer, cuando en realidad
es todo lo contrario, ya que nada debería ser mas frustrante para nadie, que
vivir en una mediocridad constante.
Por eso, si hay que hacerlo, hagámoslo
bien. Busquemos el lado positivo de cada situación para conseguir poner nuestro
punto excelente en cada ocasión. Porque cuando invertimos en Excelencia,
invertimos en nosotros mismos, y es que, en definitiva, la Excelencia es el
resultado del compromiso de grandeza que mantenemos con nuestra propia Vida.
Todos tenemos la capacidad de hacer
que nuestra Vida sea tan grande como decidamos y nos atrevamos a que lo sea.
Nada mejor para ello que invertir y apostar por la Excelencia. Porque sin duda
alguna, esta será la mejor, y nunca mejor dicho, excelente opción.
Y lo mejor de todo, es que no tenemos que buscarla muy lejos, porque la Excelencia reside en nosotros mismos. La Excelencia es una Actitud.
Y lo mejor de todo, es que no tenemos que buscarla muy lejos, porque la Excelencia reside en nosotros mismos. La Excelencia es una Actitud.
José Lorenzo Moreno López
Imagen: tuestima.com
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