Estas dos preguntas, ante un espejo, es una tarea e incluso una obligación diaria que como Lideres debemos hacernos para analizar los resultados que estamos obteniendo de nuestros equipos a través de las acciones que hemos puesto en marcha para ayudarles a alcanzar los objetivos que conjuntamente tenemos marcados, ya que, como he dicho en reiteradas ocasiones, nosotros solos no podemos hacerlo, necesitamos los mejores colaboradores a nuestro lado, y de su talento, su formación, su actitud y su motivación, depende no en gran, sino en total medida el llegar a conseguirlos.
¿Y porqué ante un espejo?. Muy sencillo, porque como nos veamos a nosotros mismos, es como nos están viendo y comportando nuestros colaboradores. Por lo tanto, en cada despacho u oficina debería colocarse un espejo a modo de recordatorio para mirarnos de vez en cuando, y así poder hacernos una reflexión clara y concisa de porque mi equipo hace y se comporta en cada momento.
"Como líderes de equipos, somos el espejo donde se reflejan nuestros colaboradores. Si lo que vemos en dicho espejo no nos gusta, cambiemos, porque nuestra imagen y comportamiento es lo que está determinando lo que está sucediendo en este mismo instante".
Cuando nos miramos en el espejo ¿vemos compromiso? Esto es importante, porque normalmente es una de las premisas que pedimos siempre. Recuerda que el compromiso no se pide. El compromiso se genera. Y son nuestras propias acciones las que lo ponen en marcha.
¿Nuestros colaboradores empatizan con los clientes? No hay dos oportunidades de dar una primera impresión, y el recibimiento y acogida que les damos debe ser excelente. Como nosotros lo hacemos y manejamos las situaciones es vital para que ellos se den cuenta de cuáles son nuestros valores y principios. Si para mi, el cliente no es importante, ¿por qué lo va a ser para ellos?
Si me miro en el espejo, ¿veo actitud positiva o por el contrario hay una persona desanimada? Si queremos que el equipo trabaje de manera positiva no nos vale otra cosa que ser ejemplo. Si entramos apesadumbrados, todo lo vemos negativo y cualquier cosa la tomamos como un problema en lugar de como una oportunidad, estaremos dando a entender que todos sus esfuerzos serán vanos. Que por más que hagan, la situación es la que es, y que nada merece la pena. ¡¡Gran error!!. El entusiasmo lo es todo. Por lo tanto no temamos a demostrar entusiasmo, lo único que podemos conseguir es que las cosas positivas empiecen a surgir.
Si el espejo en el que nos miramos nos está diciendo "No puedo" debemos parar y reflexionar si eso es verdad, porque a nuestro equipo también se lo estaremos diciendo de manera inconsciente con nuestras palabras y nuestras acciones. Tal vez nosotros no nos demos cuenta, pero ellos lo notaran y bajaran la guardia de su actitud. Hay que transmitirles el "Si puedo", y que la actitud es nuestra y de nadie más, y que trabajando en equipo podremos hacer que las cosas sean posibles.
Al mirarte en el espejo ¿ves a una persona proactiva o reactiva?. Un líder real debe ser proactivo y transmitir ese mismo valor a todos sus colaboradores pensando en que el tiempo que perdemos "reaccionando" es el que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Si somos proactivos, nuestro propio espejo reflejará a nuestros equipos el camino que deben seguir para conseguir los objetivos.
Si ves prejuicios cuando te miras al espejo, piérdelos rápidamente de vista. No podemos fomentar la adaptación al cambio viviendo anclados en lo que hacíamos antes o en cómo eran las cosas cuando las manejábamos de otra manera. Negarnos a que las cosas cambian es tan inútil como pensar que cuando hay nubes no vaya a llover. Si nuestro equipo advierte en nosotros que somos gente altamente adaptable a los cambios y que en lugar de darle vida a los prejuicios, tenemos sitio libre para nuevas ideas y pensamientos que nos impulsan continuamente hacia nuevas realizaciones, estaremos fomentando el entusiasmo del que hablamos anteriormente, ya que verán que el capitán que guia la nave, tiene claro el camino por el que hay que navegar.
Así que, antes de salir de casa cada día, mirémonos en el espejo y pensemos si lo que estamos viendo nos gusta. Si vemos a una persona que tiene claras sus ideas y sus valores y que no teme ponerla en juego ante sus colaboradores, porque de esa imagen saldrá el reflejo de como se comportarán y actuarán ante cada una de las situaciones que se presenten cada día.
Seamos espejo del buen hacer, y utilicemos todas nuestras herramientas de liderazgo que hemos adquirido con nuestra formación, actitud, e incluso la propia e innata aptitud, para convertir en acciones positivas todas y cada una de las oportunidades que nos brindan estos maravillosos días.
Así conseguiremos ver en el espejo un Líder que sabe que tiene que poner en juego continuamente todo lo mejor de si mismo para que su equipo y colaboradores le sigan y se sientan orgullosos de pertenecer a una Organización donde el "espejo" en el que se reflejan es ejemplo para ellos mismos.
José Lorenzo Moreno López
José Lorenzo Moreno López
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