Ayer estuve un rato sin hacer absolutamente nada sentado
frente al televisor. No es ni por asomo una de mis aficiones, pero reconozco
que viendo la cantidad de imágenes y mensajes que pasan por delante de nuestros
ojos, raro es el caso en el que no me sirva de inspiración para escribir algún
artículo. Pues bien, ayer fue uno de esos días.
Me encontré en un breve espacio de tiempo con varios
anuncios publicitarios donde me proponían ahorrar tiempo a través de sus
páginas web. Se les llama “comparadores”. He descubierto que hay “comparadores”
para todo. Para buscar hoteles baratos, para encontrar viajes a buenos precios,
para ahorrar dinero con el seguro de coche, etc, etc. En fin, creo que esos
“comparadores” lo que buscan es hacernos ganar tiempo.
Estamos en una época en la que todos tenemos mucha prisa, no
sabemos en ocasiones muy bien porque, pero tenemos mucha prisa. Queremos
hacerlo todo rápido, vamos “a toda castaña” a menudo hacia ningún sitio, comemos
en cinco minutos, compramos la fruta pelada para ir mas deprisa, etc, etc… y
todo por no saber diferenciar lo que es importante de lo que no lo es, por lo
que nos pasamos todo el día haciendo muchas cosas y muy deprisa para terminar
la jornada sin haber concretado nada y totalmente exhaustos.
Pero volviendo al tema de los “comparadores”, y trasladándolo
al mundo del liderazgo, estoy seguro que todos conocemos a alguna persona en
posición de mando que se pasa el día comparando a todo, y a todos. Ya sabéis,
es el “Líder comparador”.
Este tipo de líder puede comparar cualquier cosa, y casi
siempre lo hará para sacar ventaja de la comparación. Una cosa ante todo, las
comparaciones solo pueden hacerse bajo los mismos parámetros, y si es así, y
somos capaces de sacar conclusiones que nos ayuden a mejorar, pueden llegar a
ser positivas. El “Líder comparador” no lo hará de esta manera, sino que
llevará la comparación hasta la manipulación, para así sacar ventaja siempre de
sus comparaciones.
“El Líder comparador” confunde en muchas ocasiones la
comparación con la justificación, y es cuando tiene que exponer sus resultados,
siempre lo hará comparándose con otros para así sacar ventaja positiva. Si a el
le va mal y a los demás bien, la comparación será victimista, escudándose en
que las circunstancias de los demás son mejores que las suyas, y si por el
contrario, a los demás les va mal, y a el bien, todo cambiará, y entonces si
que será por haber realizado un buen trabajo.
Este tipo de Líder no suele ser buen gestor de equipos, y
todo por su afán comparador, que le llevará a hacer los propio con sus
colaboradores, en ocasiones enfrentándolos entre si, con comentarios como: “Fulanito” hace esto mejor, “Menganito” tarda
menos en hacer lo otro… y así sucesivamente.
Las comparaciones entre colaboradores no las hará cuando estén
todos juntos, salvo cuando quiera echar algo por cara a alguno, o presumir de
su supuesta buena gestión, sino que lo hará de manera individual, pensando que
saca algún partido positivo de ello, sin darse cuenta de que lo único que hace
es desmotivar, ya que la comparación manipuladora no engendra ningún tipo de
motivación positiva.
Así que cuando nos encontremos con alguno de estos “Líderes
comparadores” tengamos cuidado, ya que cualquier cosa que nos diga o le digamos
podrá jugar en nuestra contra, porque nunca será capaz de exponernos ningún
asunto ni nos tratará de manera única como personas únicas que somos, sino que
manipulará la comparación hasta salir triunfador de la misma, porque lo que
un “Líder comparador” no entiende es que las comparaciones, además de odiosas,
suelen ser injustas y tremendamente ventajistas.
Y es que como una vez dijo el entrenador argentino de
fútbol, Marcelo Bielsa, “Participar de comparaciones me parece que no tiene
como objetivo engrandecer al elegido, sino empequeñecer al descartado”
José Lorenzo Moreno López
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