Un Líder debe ser capaz de discernir lo que debe cuestionar de lo que debe aplicar, porque de lo contrario, se pasaría el día dudando de todo y de todos, y ese comportamiento puede acarrearle negativas consecuencias tanto hacia arriba como hacia abajo. Hacia arriba cuando se pone en tela de juicio lo que la Organización establece y sobre lo que en la mayoría de ocasiones no se puede hacer nada, ya que no hemos sido participes de las decisiones, y hacia abajo cuando llegamos a dudar de nuestros propios colaboradores, lo que les hace desmotivarse y plantearse ellos mismo el cuestionar también la capacidad de la persona que supuestamente está ahí para liderarles, hacerles mejores y ayudarles en su crecimiento profesional, además de no aplicar la frase que en su momento plasmó Suetonio que decía algo así como que "Es de buen pastor no desollar a sus ovejas". Eso si, conseguirá los dos papeles principales de su propia película, la que filma en su cabeza, que no son otros que el de cuestionador, y el del cuestionado. Todo ello además con un curioso planteamiento, y es el de, si dudas hacia arriba ¿que haces aquí?, y si dudas hacia abajo ¿por que no haces nada al respecto?
¿Cuanto tiempo perdemos diariamente cuestionando cosas que están fuera de nuestro control? Tal vez invirtiendo ese mismo tiempo en comprender las cosas, podemos dejar a un lado esas inútiles preocupaciones que nada nos aportan, y dirigir así nuestras energías y recursos hacia la consecución de los objetivos que nos habíamos planteado.
No se trata de decir que nunca se ha de cuestionar nada, porque en muchas ocasiones, y con datos tangibles, esos mismos juicios pueden hacernos rectificar la marcha cuando algo no va como debería, después de haber razonado, en lugar de cuestionado, porque además, nuestros argumentos son mucho más sólidos cuando hay una buena base detrás, y sobre todo, nos tendrán mucho más en cuenta si anteriormente no hubiésemos realizado cuestionamientos en aspectos insignificantes.
Una gran cualidad que los grandes Lideres poseen es la de saber que es importante y que no lo es, por eso mismo, es prioritario y fundamental alimentar diariamente esa fortaleza que significa saber estar por encima de los juicios baratos, los prejuicios de pacotilla y los cuestionamientos irrelevantes que el día a día genera, o lo que es lo mismo, y dicho en lenguaje terrenal, "pasar olimpicamente" de las cosas que no tienen importancia.
Hay que tener en cuenta un aspecto peligroso y contagioso, y que es que los miembros de nuestros equipos o colaboradores se pongan a la misma altura, y también cuestionen todo lo que tienen que hacer y todo lo que les transmitimos. Es por ello que la importancia que toma el saber administrar los juicios y cuestionamientos gratuitos es enorme, sabiendo que, como para todo, el Líder es el espejo en el que sus colaboradores se reflejan, y por lo tanto es un arma de doble filo que puede poner en peligro su propia posición, y no por otra cosa que porque los cimientos más importantes que un Líder tiene y por el que se sostiene, y que es su Equipo, no sea lo suficientemente sólido, ya que si las personas que forman el mismo, terminan por cuestionar a su Líder, esa base empezaría a cimbrearse y a no ser lo estable que debería.
Los juicios, los prejuicios, los cuestionamientos innecesarios, debilitan nuestra posición de Líderes cuando llegamos a dudar de las cosas incluso antes de obtener resultados. Y aún hay más, Esos mismos juicios y cuestionamientos los creamos en nuestra mente, lo cual hace que los defendamos de manera inflexible sin habernos puesto a pensar si son validos o no, ya que en la mayoría de las ocasiones son pensamientos subjetivos y no objetivos, porque ni siquiera disponemos de datos para argumentar si algo es bueno o es malo, simplemente nos dedicamos a defender nuestra verdad a "capa y espada", negandole a los demás incluso el beneficio de la duda, o resumiendo, "lo que digo yo es lo bueno, los demás no tienen ni idea".
La actitud con la que estemos dispuestos a afrontar los cambios es vital. Estar dispuestos a admitir que las cosas pueden ser distintas y mejores de como fueron, o que los demás pueden aportar cosas nuevas e interesantes es un síntoma de madurez como Líderes, ya que eso mismo puede hacernos ver que hay cosas que desconocemos, y que pueden ayudarnos a seguir creciendo si somos capaces de tener la mente abierta a ello, cosa que los prejuicios no hacen, ya que únicamente nos limitan, limitan a nuestros equipos al no permitirles avanzar por nuestra ineficacia, de esto normalmente no somos conscientes, pero ahí está, y limita a nuestra propia Organización al no tener Líderes en el terreno que impulsen el cambio y el avance permanente.
Tal vez sea el momento de por una vez cuestionar algo, y son nuestras propias creencias limitantes. Tal vez sea el momento de cuestionarnos a nosotros mismos y a nuestras actitudes, ya que, tal vez así, y al menos por un instante, seamos capaces de transformar nuestros cuestionamientos en razonamientos, porque para entender hay que cuestionar, y es bueno hacerlo siempre y cuando tengamos la actitud necesaria y la buena predisposición para comprender y no para ser los poseedores de la verdad absoluta, que al igual que el control, no existe.
Tal vez así, nos daremos cuenta de lo ineficaz que puede llegar a ser, y el poco valor que nos aporta a nosotros y a todos los que nos rodean el cuestionar por cuestionar.
José Lorenzo Moreno López
100% realista. excelente artículo, que me ha hecho revivir fragmentos de mi da a día en la oficina,,, Aplicable en su totalidad y una invitación a reflexionar. Comparto con tu permiso, lástima no pueda subirlo a mi red de Linkedin. Un saludo.
ResponderEliminarAl final compartí directamente el enlace con mi red linkedin. Me pateció muy interesante, para dejarlo pasar. Gracias de nuevo José.
EliminarGoyo.
Gracias Goyo. Llega un momento en que te planteas el tema y piensas, ¿todo es cuestionable?. Realmente creo que el daño que nos hace cuestionarlo todo es mucho mayor que el beneficio que nos aporta.
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Un saludo.
¡¡Que verdad tan grande y que locura tan grande!!! te ponen las cosas del derecho, luego del revés, después ya de ninguna forma y cambiamos mil veces de opinión hasta volverse uno loco y de paso al vecino, que ya no sabe si el papel tiene letras o si dos más dos son cuatro. Una verdad muy cierta y una locura imposible de tratar. Las cosas son mucho más sencillas de lo que parecen (si se quieren hacer sencillas), así de simple, el problema viene cuando se quieren complicar.
ResponderEliminarNo puedo mas que decir que, ¡¡fantástico!!. Tus comentarios mejoran siempre cualquier opinión, porque reafirmas el contenido con tus palabras.
ResponderEliminarUn saludo.
Sencillamente espectacular el artículo. Cuanta falta hace reflexionar al respecto en las organizaciones.
ResponderEliminarGracias Blas por tu aprecio hacia mi artículo.
EliminarUn saludo.
Estoy de acuerdo con que no debemos dudar de nuestros colaboradores ya que como dices se les crea desconfianza,se desmotivan y desconfían del líder...pero qué pasa cuando estamos dispuestos a admitir como dices cosas nuevas de parte de ellos y de repente esa imagen de líder que tienes ante ellos se va desmoronando por todos estos cambios que son favorables y que han venido por parte de ellos, pudieran pensar que ya no tienes madera de líder y eso pudiese fracturar el grupo? aunque tengas mente abierta a recibirlos y tengas los objetivos finales claros? es entonces cuando me cuestiono.¿Qué hacer?
ResponderEliminarUna de las verdaderas fortalezas de un líder debe ser esa. No solo admitir las cosas nuevas que pueden aportarnos nuestros colaboradores, sino que además de ello, somos nosotros quienes tenemos que fomentarlo. Eso mas allá de una supuesta debilidad es una verdadera fortaleza, ya que realmente las personas ven que son tenidas en cuenta. El liderazgo se fortaleza cuando somos capaces de crecer junto a nuestro equipo. Un saludo.
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