Considerarnos lideres significa estar siempre dispuestos. Si decimos que la actitud y la aptitud son condiciones indispensables, tanto o más es el tener la capacidad de estar siempre disponibles, lo que resumido sería el tener la fuerza de voluntad necesaria para abordar cualquier circunstancia en primera persona.
Por mucho que hayamos diseñado estrategias, planes de cambio, contemos con los recursos materiales y humanos suficientes, no seremos capaces de conseguir ningun objetivo si no nos ponemos en marcha. Y el ponernos en marcha significa el dejar de ser arquitectos de castillos en el aire y pasar a la acción.
Las circunstancias que han sucedido para que estemos donde estamos en este preciso momento, no deben condicionarnos para no avanzar. Podremos encontrar argumentos que justifiquen nuestra realidad actual, pero eso pasa a formar parte del baúl de nuestras excusas, desde el momento en el que nos aferramos a ellas y no tomamos el timón de nuestro futuro.
Pero el estar siempre dispuesto y tener la voluntad de hacer las cosas proviene de una base que debe ser lo suficientemente fuerte como para ponernos en la dirección adecuada. Esa base pasa por tener unos objetivos definidos y claros y una estrategia coherente con nuestros valores y los de nuestros equipos. Cuando creemos de verdad en lo que estamos haciendo, nuestra voluntad va siempre de la mano. Estaremos dispuestos y seremos los primeros en ir hacía donde nuestros pensamientos nos encaminen. Y ese entusiasmo que generaremos será inmediatamente contagioso a nuestros equipos. Ellos siempre quieren ir con un capitán que sabe donde está el puerto. Ni a ellos ni a nosotros nos gusta navegar a la deriva.
Un lider real no puede permanecer inmovil. Si nos marcamos un objetivo y una acción a desarrollar debemos de saber que tendra un resultado o una consecuencia. Podrá ser buena y encontraremos la satisfacción de haberlo conseguido, o podrá no ser tan buena, y también podremos obtener conclusiones positivas sobre como hacer las cosas de otra forma. Lo único que un lider no puede hacer es no hacer nada. Eso los equipos lo ven, y mentalmente la confianza en si mismos, y en el proyecto, va decayendo. Total, si a mi no me importa lo que sucede, ¿porque le va a importar a los demás?. La credibilidad del lider es fundamental. Y esa credibilidad pasa por ser ejemplo hacia el resto.
Pensemos en un momento donde estamos ahora mismo. Seguro que hemos llegado hasta aquí después de muchas circunstancias. Recordemos como ha sido nuestra trayectoria. Podemos sonreir recordando los momentos felices disfrutados, y decidir con nuestras acciones y nuestra voluntad donde queremos estar en el futuro.
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